Ana vive en el norte de Argentina, en una ciudad llamada Tucumán. Estudió medicina con la esperanza y el compromiso de colaborar con las personas para que puedan llevar una vida mejor, pero al transitar la carrera y al encontrarse con las prácticas clínicas comenzó a sentir que las personas no eran escuchadas, que lo único que importaba en medicina era la organicidad. Escuchar ese malestar hizo que ella eligiera Psiquiatría, con el deseo que en esa especialidad hubiese espacio para escuchar las historias de las personas y para poder salir de la dicotomía mente-cuerpo. Transitó la psiquiatría creyendo que ahí iba a encontrar respuestas, pero se encontró de nuevo con el diagnóstico, la patologización y la medicalización de las personas.

Continuó su camino hasta que encontró algunas respuestas en la Terapia Familiar donde no diagnosticar y no medicar hacía una gran diferencia. Buscando más espacios de justicia en su trabajo se abocó al Feminismo, a las Terapias Posmodernas y Postestrucutralistas. Con todo ese recorrido desde hace un tiempo decidió profundizar más en las Prácticas Narrativas ya que en ellas se pone el acento en la visión del problema desde el contexto sociopolítico y cultural.

Actualmente Ana trabaja en la práctica privada en la Argentina, en un colectivo feminista y en un grupo de estudios de mujeres llamado “Las Desobedientas”.

 
Anterior
Anterior

Javier Ulloa

Siguiente
Siguiente

Valeria Angola